miércoles, 10 de julio de 2013

CAFÉ CON LECHE MERENGADA Y CANELA




"EL CAFÉ TOMADO CON TIEMPO PROVOCA CALMA, PAZ, FELICIDAD Y TRANQUILIDAD" 

No me decido.
Llevo unos diez minutos sentada delante de una mesa en la que he apoyado estos dos libros:


Son las dos novelas que el Club de Lectura de Punto y Coma ha elegido para este verano. 
La primera "MI VIDA CON POTLACH", de Inma Luna, es el diario de un hombre que, tras una grave crisis, decide aplicarse su propia terapia que consiste en cuadricular su vida y desvincularse del resto de los seres humanos para mantenerse a salvo. Pero el protagonista se ve envuelto en una relación con una adolescente que le descubre que a veces la felicidad llega por los caminos más insospechados.

La segunda "LA VERDAD SOBRE EL CASO HARRY QUEBERT", de Joël Dicker, es una novela policíaca y romántica a tres tiempos -1975, 1988 y 2008-. En la contraportada del libro leo: "Si usted mete las narices en esta gran novela, está perdido: tendrá que seguir hasta el final. Se sentirá manipulado, desorientado, asombrado, irritado por una historia con muchas sorpresas y falsas pistas..."
Como no sé por cuál empezar, me voy a preparar un café mientras aclaro mis ideas.
Todos los días compro el pan en un puesto de ultramarinos que hay  cerca de la librería.


Allí todo esta colocado por colores, marcas, tamaños..., a mí se me van los ojos para todas partes; cada día descubro un producto nuevo. Hace poco mi vista se centró en este artículo:


El café que se bebía en casa cuando yo era pequeña.
Recuerdo mi hogar con ese olor permanente a café dulce. Se bebía café por la mañana, a mediodía, por la tarde..., a todas horas. Cuando alguien nos visitaba, el saludo obligado era: ¿Quieres un café?
A mi madre le encantaba el café, pero no solo beberlo, horneaba bizcochos y hacía dulces para acompañarlo, ahora ya sabéis a quién he salido. También coleccionaba cafeteras, las tenía de todos los modelos, tamaños y colores, además de tazas, azucareros...



Hoy, cuando he ido a por el pan, no me he podido resistir y lo he comprado.
 El dependiente de la tienda, tan amable, se ha ofrecido a molerlo y a hacerme la mezcla con café natural. He salido del mercado sabiendo que portaba en mi mano una bolsa que iba a destapar la caja de mis recuerdos. 
Ahora, cuatro horas después, estoy delante de una de las cafeteras de mi madre aspirando el aroma del café, retrocediendo unos cuantos años, emocionada, y evocando muchos recuerdos. 


Mi madre siempre decía: "El café tomado con tiempo provoca calma, paz, felicidad y tranquilidad".
Y eso voy a hacer yo, tomarme un café con mucha tranquilidad.


CAFÉ CON LECHE MERENGADA


INGREDIENTES:

- 1 ENVASE DE HELADO DE LECHE MERENGADA
- CAFÉ RECIÉN HECHO
- CANELA MOLIDA
- AZÚCAR (OPCIONAL)


Esta receta es muy sencilla, basta con poner el café caliente en una taza, vaso o copa, y sobre él colocar una bola de helado de leche merengada. Al final espolvoreamos con un poco de canela. Lo dejamos reposar uno o dos minutos... y a disfrutar.




1 comentario:

  1. Tu pequeña introduccion me ha traido recuerdos muy gratos ,de mi niñez.En mi casa tambien tomabamos ese cafe y volver a rememorar esos olores ha dibujado una sonrisa en mi cara.

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