EL ENCANTO DE LA VIDA SIMPLE

           
  Un ratón de campo invitó a un íntimo amigo, un ratón de ciudad, a visitarlo y cenar con él en el campo.
     Los ratones se sentaron juntos en la hierba y comieron algo de trigo y raíces arrancadas del suelo.
     El ratón de ciudad le dijo a su amigo: "Aquí llevas una vida de hormiga, mientras que en mi casa podrías vivir una vida de lujo.

 En mi casa estarías rodeado de cosas maravillosas de la mañana a la noche. Si vinieras conmigo, y espero que lo hagas, podrás tener todo lo que desees".

                                                                                                                                                                     

                                                                                                               






      El ratón de campo era fácil de convencer y volvió a la ciudad con su amigo.

      Nada más llegar, el ratón de ciudad le ofreció pan, bombones, galletas, miel y, por último, un baño de chocolate caliente.

 

      El ratón de campo estaba encantado con el espectáculo que se le ofrecía y expresó su satisfacción con la vida en la ciudad.
      Sin embargo, tan pronto como empezaron a bañarse, alguien abrió la puerta y ambos salieron corriendo tan rápido como pudieron hacia un agujero tan estrecho que los obligó a apretujarse muchísimo para caber.
      Apenas se habían metido  de nuevo en el tazón de chocolate cuando alguien volvió a entrar en la habitación para coger algo de un armario, lo que obligó a los  ratones a salir corriendo otra vez para esconderse.

        Por fin el ratón de campo, que ahora tenía un hambre atroz, le dijo a su amigo: "A pesar de que has preparado un excelente festín para mí, debo dejarte que los disfrutes tú solo.

   Aquí estoy rodeado de demasiados peligros.

   Prefiero la hierba y las raíces, donde puedo vivir seguro y sin miedo".










                  Adaptación de la Fábula de Esopo: "El ratón de ciudad y el ratón de campo"

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